Apoyo de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

En éstos tiempos tan difíciles y con la economía tan apretada como está, organizaciones religiosas se solidarizan con el pueblo hondureño y brindan su apoyo incondicional. Tal es el caso de la Iglesia de Jesucristo de los Últimos Días, congregación que realizará una inversión de 250 millones de lempiras para la construcción de templos en el país, generando así, plazas de trabajo para los hondureños.

El acto se llevó a cabo en presencia de la Primera Dama, Rosa Elena Bonilla de Lobo y el comisionado presidencial de Religión y Culto, Carlos Portillo Gradiz, quienes recibieron este martes a las máximas autoridades para Centroamérica y Belice de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, quienes ofrecieron apoyo incondicional a la señora de Lobo para sacar adelante el Programa Nacional de Valores y Principios, Reinserción Social y Acción Social que impulsa el Mandatario hondureño Porfirio Lobo Sosa.

Según detallo el vocero de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de Últimos Días para Honduras, Luis Duarte, “este encuentro es una gran oportunidad para consolidar el esfuerzo que como iglesia; estamos dispuestos a unirnos justo en un momento en el que el país tanto lo necesita”.

Se estarían invirtiendo unos 250 millones de lempiras en el país para la construcción de templos lo que genera empleo para miles de compatriotas, además de un campamento de enseñanza de valores para jóvenes que tiene un costo de 36 millones de lempiras.

La delegación la conformaron el presidente del área de Centroamérica y Belice, Don R. Clarke, su esposa Mary Clarke, el director de Asuntos Públicos para Centroamérica, Julio Alvarado y el vocero de la Iglesia para Honduras, Luis Duarte, el gerente del Centro de Recursos de Empleo y Programas de Bienestar en Honduras, Gerardo Valladares y el gerente del Centro de Servicios de Honduras, Ricardo Valladares.

La visita de los representantes de dicha congragación religiosa confirma la apertura de este Gobierno y del Presidente Lobo Sosa hacia las distintas manifestaciones de fe en el país, además de contar con el apoyo y la ayuda que de esta Iglesia lograr avanzar aun más en las políticas de Estado de rescate a los jóvenes más desposeídos o miembros de maras y pandillas.